Bienvenidos al Conservatorio Musical Rönisch
Conservatorio Musical Rönisch
En el Conservatorio Musical Rönisch, brindamos una oferta formativa para niños y jóvenes dispuestos a realizar una modalidad de estudio a nivel profesional, donde los estudiantes de piano, y violín, tienen la oportunidad de adquirir títulos de profesorado, como también para quienes quieran disfrutar de una afición musical.
En la ciudad de Cipolletti (Río Negro) puedes optar por estudiar piano o violín y teoría musical para todos los niveles.
Las clases pueden ser presenciales o bien en línea (plataforma Zoom o Google Meet).
Su fundadora, la profesora Alejandra O´Elckers, diseñó material didáctico (Cuadernos de Actividades) para el facilitar el aprendizaje de los alumnos en los contenidos de teoría musical y utiliza además herramientas digitales para acercar la disciplina musical a la tecnología.
El Conservatorio Musical Rönisch comienza a funcionar desde el año 2014, con programas de formación propios y adecuados para una futura continuidad de los estudiantes en casas de altos estudios musicales.
Alejandra O´Elckers
Profesora Superior de Piano y Violín
Hola! Soy Alejandra. Muchos de mis alumnos me dicen «Ale», «seño Ale», «profe»… me gustan todas, porque siempre siento que lo dicen con mucho cariño.
Comencé a estudiar piano a los 7 años en el Conservatorio Superior de la Patagonia, de la ciudad de Comodoro Rivadavia (Chubut – Argentina), a partir de allí comencé a sentir mucho gusto por los instrumentos musicales, tocaba la flauta, la guitarra, después comencé a tomar clases de violín, luego me compré un charango al que nunca pude sacarle un sonido, también tengo un ukelele, que me parece divertido y es fácil de trasladar a cualquier lado.
Me gusta leer, ya sea lecturas sobre música, educación musical, o novelas históricas (como Los Reyes Malditos o Patagonia Rebelde). Últimamente no estoy leyendo tanto como quisiera, dedico mi tiempo libre a estudiar violín, guitarra y canto, obviamente el piano siempre listo para tocar mi histórico repertorio (algunos tangos, folklore, las infaltables Marchas Patrias y alguna obra más que me guste).
Mi paso por la Facultad de Ciencias Económicas hizo que todo lo que haga tenga una estructura, o capaz ya era estructurada…. en fin, haga lo que haga debo tenerlo planeado primeramente, plasmado en un cuadernito. Y como me gustaba (y me gusta) tener todo por escrito, es que trabajé casi 16 años en la implementación de Sistemas de Gestión basados en Normas Internacionales, escribí muchísimos procedimientos, manuales, capacité a muchas personas de todos los niveles organizacionales, audité procesos operativos, administrativos y de gestión… esto afianzó mi «estructura», mi escritura y la idea de buscar las formas más creativas e innovadoras para que todos entendieran lo que debían hacer.
Mientras hacía todo eso, junto a mi esposo veíamos a nuestros hijos crecer, pero el piano siempre estaba abierto, y el violín y la guitarra siempre afuera del estuche.
Conforme pasan los años, la labor empresarial va quedando atrás y aparece la idea enseñar música a niños y jóvenes. Y después de un largo tiempo de haber comenzado a dar clases, se inicia un proceso de redacción de los programas de estudios para piano y para violín, surgiendo así en el año 2014, el Conservatorio Musical Rönisch en la localidad de Rada Tilly (Chubut – Argentina).
En el año 2016, nace de modo recreativo, un pequeño ensamble de alumnos. El ensamble crece, los alumnos también y se incorporan nuevos, contando con violines, piano, guitarras, violoncellos, flauta traversa y batería.
Además de los conciertos y muestras que se realizaban con todos los alumnos de Rönisch, por su parte el ensamble participaba de diferentes festivales y encuentros de bandas y orquestas infanto-juveniles. Así fue como participamos del Iguazú en Concierto, del Festival de las Dos Orillas (Posadas – Misiones), Fronteira in Concert (Bernardo de Irigoyen – Misiones), Encuentros musicales en Caleta Olivia, en Playa Unión, en Comodoro Rivadavia y en la misma Rada Tilly. Fuera del país, participamos en encuentros en Encarnación (Paraguay), Dionisio Cerqueira (Brasil) y Saint Maixent (Francia). Pero más allá de los viajes y las participaciones, los alumnos del ensamble, la Comisión de Padres y yo, nos hemos dado el lujo de haber organizado y gestionado por dos años consecutivos el Festival Miremos al Sur y que lo hicimos en la localidad que nos vio nacer, Rada Tilly (Chubut), nos visitaron bandas y orquestas de Comodoro Rivadavia, de Misiones y hasta tuvimos invitados desde Chile.
Por aquella época también, pude concretar la edición e impresión en una editorial, de los 4 cuadernos de teoría musical para violín. Estos Cuadernos actualmente son utilizados por los alumnos de violín.
Actualmente me encuentro residiendo en la ciudad de Cipolletti, provincia del Río Negro, tengo alumnos desde los 5 hasta los 16 años, tanto sea de piano como de violín, Presencial y también tengo alumnos online. Realizo capacitación online para docentes, básicamente en herramientas informáticas con el fin de poder enseñar y transmitir mi experiencia en la utilización de nuevas tecnologías en las clases.
Ya les conté que me gusta leer, también me gusta estudiar, para seguir aprendiendo y para no olvidarme lo que es «ser alumno». Uno no puede pretender ser siempre «profe», también hay que ser «alumno».
Tomé cursos y capacitaciones formales e informales aprendiendo de grandes maestros y maestras de la música, escuchando, mirando y prestando atención a cada movimiento que realizaban, a cada palabra que le decían a sus alumnos. Realicé cursos de Perfeccionamiento docente en TIC, Seminarios de Interpretación en Violín, Neurociencias aplicada a la docencia, Estrategias para la Educación Musical Infantil, Excelencia Académica en la educación, Prácticas Educativas y Artísticas en orquestas infanto juveniles, y demás cursos sobre música, arte, juegos y aprendizaje para niños y jóvenes.
Beneficios del aprendizaje musical en los niños
Es necesario que los niños aprendan música? Opino que no solo es necesario sino que es absolutamente imprescindible, y esto es debido a las consecuencias positivas de la educación musical tanto en el desarrollo mental y psicológico de los jóvenes como en sus habilidades físicas.
En primer lugar está el desarrollo de las diferentes áreas cerebrales. Al aprender un instrumento ponemos en marcha diferentes áreas del cerebro, ya que al mismo tiempo tenemos que escuchar los sonidos, utilizar la vista para leer la música que queremos interpretar, coordinar los movimientos de brazos, manos y dedos. Sí además es un instrumento de viento tenemos que controlar los labios, la presión de las mandíbulas y la respiración, y en el caso de la batería también utilizaremos piernas y pies. Y es el cerebro el que se tiene que hacer cargo de sincronizar todo esto, a modo de director de orquesta, nunca mejor dicho.
Al mismo tiempo tenemos que usar la memoria, ya que tenemos que recordar el significado de los signos escritos en la partitura y las posiciones y digitaciones de los diferentes acordes y escalas. También tenemos que recordar composiciones a veces muy extensas que implican gran variedad de notas y qué precisan también un buen sentido del tiempo y la medida del ritmo.
Cómo se puede ver el simple hecho de interpretar una pieza pone en marcha una enorme cantidad de recursos físicos y mentales. Pero eso no es todo, ya que además se trata de una actividad psíquicamente y emocionalmente gratificante. Tocar música nos da una sensación de placer y de satisfacción qué es fundamental para nuestro desarrollo emocional, sin contar los beneficios en cuanto a la autoestima y la confianza personal.
Edad apropiada
Para estudiar un instrumento más seriamente se necesita un cierto desarrollo mental y físico, ya que habrá que aprender unas ciertas técnicas de lectura, Y también será necesario desarrollar unas habilidades físicas con las manos, dedos, brazos y con los labios y la respiración si se trata de un instrumento de viento.
Un mínimo de 3 años sería lo razonable para empezar una iniciación, en la cual nos podemos acercar a la música de una forma lúdica, jugando con instrumentos de percusión o haciendo que el niño dibuje y escuché música.
Para mí un buen momento para aprender son los 5 o 6 años, ya que a esta edad los dedos han alcanzado un desarrollo suficiente como para pulsar teclas o presionar las cuerdas de una guitarra. También a esa edad los niños empiezan a interesarse por cosas diferentes y son capaces de concentrarse durante más tiempo.